lunes, 3 de junio de 2013

APUESTA POR BLINDAR Y CONSERVAR LOS PÁRAMOS

El Fondo de Adaptación y el Instituto Alexánder von Humboldt acaban de firmar el acta de inicio de un convenio por 67.000 millones de pesos, que permitirá elaborar los insumos técnicos y recomendaciones para la delimitación de los páramos y los humedales del país.

Esta nueva delimitación, que complementará la hecha en el 2007, permitirá saber con más precisión, y a una escala más estricta, desde dónde y hasta qué sitio se extienden estos ecosistemas en todo el territorio, con el fin de que los municipios tengan en cuenta que en ellos no se deben permitir asentamientos humanos ni usos agropecuarios, ni mucho menos minería.

El trabajo sobre los páramos es tal vez uno de los temas ambientales más urgentes en Colombia, teniendo en cuenta que, según el Fondo de Adaptación (entidad creada por el Gobierno para reconstruir la infraestructura afectada por el fenómeno de la Niña), la degradación que hoy soportan ha contribuido a que en las más recientes temporadas invernales se hayan presentado fenómenos catastróficos, como inundaciones, deslizamientos y avalanchas.

En los páramos nacionales hay alrededor de 400 títulos mineros vigentes, y solo la mitad de estos están resguardados por zonas de reserva o áreas protegidas. Esto, a pesar de que regulan el 70 por ciento del agua que se consume a nivel nacional.

Adicionalmente, y según la Defensoría del Pueblo, 22 de las 34 zonas de páramo del país están en extinción por la destrucción de su vegetación natural, la erosión de los suelos, así como la utilización de agroquímicos para desarrollos agrícolas. La ganadería es otro de sus mayores enemigos, así como las quemas, que dañan su cobertura vegetal. Algunos de los que soportan mayor grado de amenaza son los de Pisba, Santurbán, Rabanal y Güina; este último, entre Belén y Soatá (Boyacá), está afectado por la extracción de materiales de construcción.

Según el Atlas de Páramos de Colombia, la primera delimitación que se hizo al respecto y que fue entregada en el 2007, el país tiene 1’932.000 hectáreas de páramos. Como este nuevo proceso que comienza mirará con más detalle todo el territorio, a corto plazo Colombia podría sumar a su diversidad otro millón y medio de hectáreas de páramos, que por ley deben ser excluidos de cualquier actividad productiva.
Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt, afirmó que este convenio representa una oportunidad para afrontar los riesgos del cambio climático.

El convenio tendrá una duración de 25 meses y en su desarrollo, además de la participación de universidades y centros de investigación, trabajarán el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac) y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). También, las CAR.

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NACE UN AMBICIOSO PLAN PARA SALVAR LA BIODIVERSIDAD

La biodiversidad nacional vivirá una de sus mejores épocas en la próxima década.

Por lo menos así lo plantea Naturalmente Colombia, un plan que fue presentado por el Ministerio de Medio Ambiente, con el que se destinarán 300 millones de dólares en 10 años (unos 540.000 millones de pesos) para impulsar la conservación y protección de más de dos millones de hectáreas en tres ecosistemas que hoy están desprotegidos: áreas marinas, bosques secos y sabanas en la Orinoquia.

Se trata del proyecto más ambicioso de los últimos años para rescatar porciones de biodiversidad sin protección, a pesar de su valor ecológico y ambiental.

Entre los objetivos está, además, cumplir los compromisos internacionales del Convenio de Diversidad Biológica, firmados en Japón en el 2010 (ver infografía).

“La idea es para apoyar la consolidación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, garantizar la creación de nuevas áreas protegidas y mejorar la efectividad de las que hoy están protegidas”, dijo Juan Gabriel Uribe, ministro de Medio Ambiente.

Otro beneficio para especies claves, como el jaguar, en el caso de las selvas tropicales nacionales, es que se buscará la creación de corredores de conectividad biológica, para que, en el caso de este felino, pueda reproducirse y evitar su extinción. Hoy, poblaciones de esta especie han quedado aisladas porque su hábitat ha sido talado para introducir cultivos de palma africana.

Además del Ministerio de Ambiente y la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia, la alianza está conformada por Parques Nacionales Naturales de Colombia, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y la Cancillería.

También participan las Corporaciones Autónomas Regionales, el Fondo Patrimonio Natural, la Fundación Natura, The Nature Conservancy, Conservación Internacional (CI) y el Fondo Mundial para la Naturaleza.
El gobierno de Alemania se vinculó con un aporte de 88.000 millones de pesos aproximadamente.


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martes, 21 de mayo de 2013

LA VENECIA VERDE

En el siglo VII, los señores feudales entregaron estas marismas para su explotación en diversas abadías que existen en esta zona. Los canales iniciales fueron el Bot Neuf que cruzaba toda la bahía y el Cinq-Abbés. Su construcción y expansión dependieron de la política de la época, siendo con Enrique IV en el siglo XVI cuando concedió privilegios para su explotación a hugonotes de Holanda. Napoleón Bonaparte fue quien decretó su acondicionamiento que daría lugar al conjunto de obras que configuraron y diseñaron los canales actuales.

El corazón de la Venecia Verde se extiende sobre el curso de la Sèvre Niortaise, el principal curso de agua que alimenta al Marais Poitevin. Todo el lugar es un sitio turístico de primer orden y a los visitantes se les sensibiliza sobre la riqueza de su ecosistema y la fragilidad del mismo.

Dentro de este paraje se encuentra el parque de atracciones de Futuroscope, donde las atracciónes se basan en lo multimedia, las últimas tecnologías cinematográficas, audiovisuales y robóticas del futuro. En 2011 el parque superó los 40 millones de visitas desde su apertura en 1987, posicionándose en el segundo parque temático francés más visitado.


BIODIVERSIDAD DE LA ESTEPA

La estepa es un bioma que comprende un territorio llano, de vegetación herbácea, propio de climas extremos y escasas precipitaciones. También se le asocia a un desierto frío para establecer una diferencia con los desiertos tórridos. Estas regiones se encuentran lejos del mar, con clima árido continental, una gran variación térmica entre verano e invierno y precipitaciones que no llegan a los 250 mm anuales. Predominan las hierbas bajas y matorrales. El suelo contiene muchos minerales y poca materia orgánica; también hay zonas de la estepa con un alto contenido en óxido de hierro, lo que le otorga una tonalidad rojiza a la tierra.


LOS SECRETOS DE LOS MANGLARES

El manglar es un hábitat considerado a menudo un tipo de biomasa, formado por árboles muy tolerantes a la sal que ocupan la zona intermareal cercana a las desembocaduras de cursos de agua dulce de las costas de latitudes tropicales de la Tierra. Así, entre las áreas con manglares se incluyen estuarios y zonas costeras. Tienen una gran diversidad biológica con alta productividad, encontrándose muchas especies de aves como de peces, crustáceos, moluscos y otras.

Su nombre deriva de los árboles que los forman, los mangles, el vocablo manglede donde se deriva mangrove (en alemán, francés e inglés) es originalmente guaraní y significa árbol retorcido. Normalmente se dan como barrera motivos de desarrollo, la costa ha sufrido una rápida erosión. También sirven de hábitat para numerosas especies y proporcionan una protección natural contra fuertes vientos, olas producidas por huracanes e incluso por maremotos.

Los manglares son biotopos (conjuntos de hábitat) tropicales y subtropicales,hábitats anfibios (con características acuáticas y terrestres), localizados en lazona intermareal (entre pleamar y bajamar), de costas protegidas o poco expuestas -golfos y ensenadas, marismas y estuarios o desembocaduras de ríos- con fondos blandos (de arenas, limos o arcillas, nunca rocosos) y que reciben periódicamente agua dulce por escurrimiento. Los manglares están caracterizados por la predominancia, en un sitio dado, de unas pocas especies de una cohorte de 20 géneros y 54 especies de árboles (mangles) pertenecientes a muy diversas familias (16), a las cuales se asocian muchas otras especies de plantas herbáceas y leñosas; todas ellas poseen en común la propiedad de tolerar condiciones extremas de salinidad y bajas tensiones de oxígeno en aguas y suelo, para lo cual han evolucionado adaptaciones especiales fisiológicas o anatómicas.

Los manglares desempeñan una función clave en la protección de las costas contra la erosión eólica y por oleaje. Poseen una alta productividad, alojan gran cantidad de organismos acuáticos, anfibios y terrestres; son hábitat de los estadios juveniles de cientos de especies de peces, moluscos y crustáceos y por ende desempeñan un papel fundamental en las pesquerías litorales y de la plataforma continental. Son hábitat temporal de muchas especies de aves migratorias septentrionales y meridionales. Representan un recurso insustituible en la industria de la madera (maderas pesadas, de gran longitud, de fibra larga y resistentes a la humedad) y de los taninos empleados en curtimbres y tintorería.



lunes, 13 de mayo de 2013

EL TIBURÓN ARENERO Y EL TIBURÓN RABO MANCHADO EN PELIGRO

La desaforada codicia por las aletas de tiburón surgió a partir de mediados del siglo XIX, ha destruido dos especies de escualos que poblaban los arrecifes que abrazan Kiribati, una pequeña nación insular de la Melanesia.

El tiburón oscuro o arenero (Carcharhinus obscurus) y el tiburón rabo manchado (Carcharhinus sorrah) comenzaron a desaparecer de las aguas de las Islas Gilbert hace más de cien años, dijo el ictiólogo Joshua Drew, de la Universidad de Columbia, a la radio australiana ABC.

El experto apuntó que el declive de la población de ambas especies coincide con el periodo en que la práctica de cercenar las aletas de tiburones comenzó a hacerse popular. La práctica del llamado "finning" consiste en amputar las aletas a los tiburones y, en ocasiones, devolver los cuerpos al océano.

Tiburón oscuro o arenero
La demanda de estas extremidades proviene principalmente de los mercados asiáticos, donde la aleta de tiburón tiene para algunos propiedades afrodisíacas y es el ingrediente básico de una sopa considerada una delicia china.

"Sabemos que para 1910 ya había una industria de comercialización de aletas de tiburón y que en 1950 se exportaban unos 3.500 kilogramos de aletas, no me refiero a todo el cuerpo, solo al peso de las aletas", detalló el científico.

"Entonces si se atan estos cabos, todo parece indicar que la explotación por parte del hombre (de las aletas de tiburón) es probablemente la clave para entender la desaparición de estas dos especies de las aguas de Kiribati", acotó el ictiólogo.

Drew y un grupo de colegas, entre ellos especialistas del Museo Field de Historia Natural de Chicago y de la Universidad neoyorquina de Columbia, viajaron a Kiribati para investigar la fabricación de armas con dientes de escualos en el siglo XIX.

El equipo identificó durante sus indagaciones los dientes de ocho especies de tiburones en 122 armas y colecciones provenientes de las Gilbert, aunque predominaban los de "Carcharhinus obscurus" y "Carcharhinus sorrah".

El tiburón oscuro llega a medir hasta cuatro metros de largo, tiene un periodo de reproducción lento, habita en aguas tropicales y subtropicales y el color en su parte dorsal va de azulado a grisáceo oscuro, clarea en la zona ventral y con una franja gris oscura en los bordes de las aletas. El tiburón rabo manchado es más pequeño que el anterior, pero se reproduce con mucha mayor rapidez y llega a alcanzar 1,6 metros de largo y vive en aguas tropicales y subtropicales.

Los escualos son importantes en el ecosistema del Pacífico porque influyen en el sistema alimenticio de los arrecifes, así como en el comportamiento de las otras especies con las que comparten el hábitat.

Su desaparición no sólo tiene un impacto biológico, sino también cultural en las poblaciones del Pacífico donde sus habitantes establecieron durante siglos fuertes vínculos con los tiburones que abundaban en sus costas.

Para los kiribatianos, el tiburón forma parte de sus mitos y tradiciones y es un componente en la ceremonia de transición de niño a adulto en los varones.

Las Islas Gilbert, conformadas por una cadena de 16 atolones e islas de coral y habitadas por pobladores micronesios, obtuvo su nombre actual en 1820 del marino británico Thomas Gilbert.

John Marshall y Gilbert capitanes respectivamente del Scarborough y Charlotte, dos navíos de la Compañía Británica de las Indias Orientales, atravesaron la zona en 1788 camino de Cantón tras descargar en Australia un cargamento de convictos.

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EL NITRÓGENO EN LOS ECOSISTEMAS

El nitrógeno es un elemento esencial para la vida. Lo necesitan las plantas para la fotosíntesis y es imprescindible para la construcción de otros compuestos orgánicos y proteínas, una pieza clave en el delicado rompecabezas de la biodiversidad. 

Pero el nitrógeno es muy escurridizo, la mayor parte está en la atmósfera y solo una pequeña proporción está accesible para entrar en el ciclo de la vida gracias a microorganismos que lo fijan en el suelo para que lo usen las plantas. En los últimos años, se ha descubierto que determinadas actividades humanas, como producciones agrícolas y procesos industriales, están multiplicando la emisión de nitrógeno reactivo a la atmósfera, alterando gravemente ese frágil ciclo.

El nitrógeno escasea donde más se necesita y se deposita en zonas en las que puede tener efectos muy nocivos para la biodiversidad que todavía se están cuantificando. Ahora, un estudio publicado en Science alerta sobre la grave deriva que esta situación está generando en América Latina por culpa del cultivo de soja, el mercado de los biocombustibles, las explotaciones ganaderas, la quema desenfrenada de vegetación y otras actividades humanas que deben corregirse por medio de políticas regionales.

En concreto, alertan la ecóloga Amy Austin,  investigadora de CONICET en la Universidad de Buenos Aires y sus colegas, cuatro de los ocho principales focos de biodiversidad de latinoamérica estarán en 2050 ahogándose en niveles dañinos de nitrógeno si no se le pone remedio. La ecorregión del Cerrado, en Brasil; la mata atlántica, comprendida entre Argentina, Paraguay y Brasil; la Sierra Madre mexicana; y el llamado Chocó biogeográfico, una zona de ricas planicies que se extienden desde Panamá hasta Perú, pasando por Colombia y Ecuador.

Todas estas regiones corren el riesgo de sufrir los efectos de ese inapropiado nitrógeno reactivo que se considera tan peligroso para la biodiversidad como el cambio climático, las especies invasivas y el mal uso y abuso de las tierras. Y que en este caso, se suman. La deposición de nitrógeno reactivo en determinados ecosistemas provoca cambios en la composición y diversidad de las especies de plantas e incluso impulsa el desarrollo de patógenos peligrosos que podrían multiplicarse inesperadamente gracias a ese suplemento alimenticio.

En América Latina, la conversión de ecosistemas naturales para el cultivo de la soja —que supone el 40% de la producción mundial— ha tenido un impacto importante sobre el ciclo de nitrógeno por la destrucción y la quema de la vegetación natural para preparar las tierras para cultivar esta leguminosa. Además,  la exportación de grano de soja, que es rico en nitrógeno, supone una importante pérdida de este elemento para ecosistemas como La Pampa argentina, según explica Austin. “La quema de ecosistemas para reconvertirlos aumenta los compuestos gaseosos de nitrógeno que se trasladan a la atmósfera, que después se depositan de vuelta en otros ecosistemas. Esto supone que cruza fronteras y por eso es un problema que tiene que afrontarse a nivel regional”, afirma Austin.

Se calcula que cada año se queman en América Latina 150.000 kilómetros cuadrados de biomasa para limpiar zonas que se quieren dedicar al cultivo. “Otras actividades”, continua Austin, “como la actividad industrial, la urbanización de determinados entornos y los obsoletos sistemas de tratamiento de aguas residuales también concentran nitrógeno, lo que puede tener consecuencias potencialmente negativas para la salud tanto de los ecosistemas como de los seres humanos”. El estudio advierte de que “debe detenerse la destrucción de algunas de las mayores áreas intactas de los ecosistemas tropicales más diversos” por la mala gestión de los cultivos.

Los autores no piden que deje de dedicarse espacios a la agricultura, sino que se haga con cabeza y teniendo en cuenta la importancia del ciclo del nitrógeno. “Aunque se ha afirmado que ya se ha dedicado suficiente tierra para la producción sostenible de bienes y servicios, la mayor parte de estas tierras están explotadas de manera ineficiente, sobre todo en el sector ganadero. El aumento del uso eficiente de la tierra ya cultivada debería ser una prioridad”, concluyen los autores del estudio, de ocho instituciones científicas de cinco de los países latinoamericanos más afectados: Brasil, Argentina, México, Bolivia y Venezuela.

Austin asegura que es necesario promover un esfuerzo en el conjunto de la región para intentar tener una política más inclusiva, que reduzca la desigualdad social, que a su entender es una pieza clave del uso correcto de cultivos y explotaciones. “Nosotros creemos, como científicos, que la creación de instituciones políticas y académicas más inclusivas e independientes son requisitos necesarios para mitigar el impacto humano sobre el ciclo de nitrógeno. Y, en paralelo, es algo que podría ayudar con otros desafíos relacionados con el desarrollo sostenible”, asegura la investigadora.

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