El Fondo de Adaptación y el Instituto Alexánder von Humboldt
acaban de firmar el acta de inicio de un convenio por 67.000 millones de pesos,
que permitirá elaborar los insumos técnicos y recomendaciones para la
delimitación de los páramos y los humedales del país.
Esta nueva delimitación, que complementará la hecha en el
2007, permitirá saber con más precisión, y a una escala más estricta, desde
dónde y hasta qué sitio se extienden estos ecosistemas en todo el territorio,
con el fin de que los municipios tengan en cuenta que en ellos no se deben
permitir asentamientos humanos ni usos agropecuarios, ni mucho menos minería.
El trabajo sobre los páramos es tal vez uno de los temas
ambientales más urgentes en Colombia, teniendo en cuenta que, según el Fondo de
Adaptación (entidad creada por el Gobierno para reconstruir la infraestructura
afectada por el fenómeno de la Niña), la degradación que hoy soportan ha
contribuido a que en las más recientes temporadas invernales se hayan
presentado fenómenos catastróficos, como inundaciones, deslizamientos y
avalanchas.
En los páramos nacionales hay alrededor de 400 títulos
mineros vigentes, y solo la mitad de estos están resguardados por zonas de
reserva o áreas protegidas. Esto, a pesar de que regulan el 70 por ciento del
agua que se consume a nivel nacional.
Adicionalmente, y según la Defensoría del Pueblo, 22 de las
34 zonas de páramo del país están en extinción por la destrucción de su
vegetación natural, la erosión de los suelos, así como la utilización de
agroquímicos para desarrollos agrícolas. La ganadería es otro de sus mayores
enemigos, así como las quemas, que dañan su cobertura vegetal. Algunos de los
que soportan mayor grado de amenaza son los de Pisba, Santurbán, Rabanal y
Güina; este último, entre Belén y Soatá (Boyacá), está afectado por la
extracción de materiales de construcción.
Según el Atlas de Páramos de Colombia, la primera
delimitación que se hizo al respecto y que fue entregada en el 2007, el país
tiene 1’932.000 hectáreas de páramos. Como este nuevo proceso que comienza
mirará con más detalle todo el territorio, a corto plazo Colombia podría sumar
a su diversidad otro millón y medio de hectáreas de páramos, que por ley deben
ser excluidos de cualquier actividad productiva.
Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt, afirmó
que este convenio representa una oportunidad para afrontar los riesgos del
cambio climático.
El convenio tendrá una duración de 25 meses y en su
desarrollo, además de la participación de universidades y centros de investigación,
trabajarán el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac) y el Instituto de
Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). También, las CAR.
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